¡Muy buenas y bienvenidos a mi blog!
Hoy os traigo un post emocional pero que también sirve para estructurar el placer de escribir, sobretodo si escribimos romance.
¡Romance! Pero que bonito suena esta palabra, parece que ya noto el blog inundado de corazones, pero hay una cosa que solo pasa al principio de las relaciones, cuando ese corazón del que hablamos aletea cual mariposa y es ese pique inevitable entre los protagonistas del amorío.
En la vida real lo vemos menos claro porque quizá por abundante posibilidad de pesca en el mar (candidatos) no intentamos ir más allá cuando el tira y afloja se hace lento ¿Qué es el tira y afloja?
Pues bien, resulta que en las novelas románticas y más si incluyen humor se dan esas circunstancias en las que «sólo un titan puede ganar» y no es una pelea, es una situación en el que uno va a quedar por encima del otro de forma graciosa, bien porque le quita la razón tajantemente; bien porque le tira algún objeto; bien porque se produce algún hecho que da la razón a alguna de las partes.
¿Por qué hay tantas escenas como estas en un mismo libro romántico? Pues porque las cosas que se suelen hacer entre los protagonistas tienen que evitar que estén juntos pero no pueden ser de la gravedad suficiente como para que pareciera incoherente que acaben por estar unidos en una relación (a no ser que estemos basando la novela o bien en un argumento drama o bien basándonos en hecho reales ¡la verdad supera la ficción en ocasiones!)
Entonces ¿Qué elementos debería llevar una escena como esta?
- Un escenario cotidiano : Si vamos guiando al lector a una situación demasiado increíble se ve venir la gracia y por tanto la pierde
- Uno arremete primero pero no espera contestación: Parece un absurdo pero hablamos de esas perlas que se sueltan por la boca para dejar a alguien sin palabras ¡Y va tiene algo mejor para decir!
- La segunda contestación es grandiosa: Tiene que verse reflejado el regate para que el lector diga algo así como «Toma, como te la ha devuelto»
- Empieza una fugaz batalla de gallos donde las palabras salen solas a cada cual más ingeniosa: Primera opción válida pero difícil de cortar con elegancia (Una tercera persona suele ser una buena opción)
- Uno de los dos sale de la escena dejando al otro rabioso: Suele ser lo más recurrente porque actos seguido puedes ir contando como se sienten tras el encuentro los personajes y lo que empiezan a pensar del otro
Pues nada, eso ha sido todo en este post. Mi novela nueva York para dos tiene bastantes escenas de este tipo y aquí os dejo un pequeño fragmento.
¡Muchos besos y nos vemos en el próximo post!
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