La sensación de ponerle el punto final a una novela

¡Muy buenas y bienvenidos a mi blog!

Hoy vengo a hablaros de una sensación muy bonita y especial que muchos de los que leeréis este blog conoceréis en primera persona.

¿De qué os hablo? De ponerle el punto final a una novela

¿No es precioso? Dar a luz literariamente hablando sabiendo que es fruto del amor y de la gestación más o menos larga; sabiendo que has cuidado cada punto desde que empezaste; que se ha hecho difícil en ocasiones pero que no has abandonado.

Para mí será un honor poder presentar aquí el viernes 17 de febrero mi novela Nueva York para dos la cual estará disponible para su compra en Amazon y tanto si la compráis como si no será un hecho del que me sentiré profundamente orgullosa y feliz.

He de confesar aquí, pues estamos entre escritores, más o menos experimentados, que me gustaría saber cuales fueron vuestras sensaciones al acabar esa «criatura» que ahora lleva vuestro nombre. Mi reacción al poner «FIN» ha sido llorar, y sí, quizá es cursi pero para mi verla completa tal y como había querido y tal y como había imaginado desde su comienzo ha sido un momento maravilloso.

¡Muchas gracias por leer el post   y nos vemos en el próximo!

 

 

5 comentarios sobre “La sensación de ponerle el punto final a una novela

  1. Dado que pides experiencia personal, te diré que cuando escribí la palabra «FIN» en mi primera novela (y en cualquier otro texto, ya que estamos), lancé un profundo suspiro, miré la pantalla del ordenador y pensé: «Vale, mañana empiezo a repasar el texto».
    Y, varios repasos después del manuscrito, que cambió en buena manera conforme era al principio, y decidí que ya valía, que tenía que zanjarlo de una maldita vez y comenzar a maquetar para su publicación en Kindle Publishing, entonces sí que mi suspiro fue de satisfacción. Por «FIN» 😉

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  2. Por supuesto que es una satisfacción muy grande.
    Has creado un mundo aparte, unos personajes que han cobrado vida, que hablan de una forma única, que viven unas experiencias dentro de su propio universo, ha surgido un conflicto y has conseguido resolver ese conflicto dándole un motivo coherente, y todo éso añadiéndole un ambiente, un fondo, una forma de vida en algún lugar que salió de tu cabeza………….es para sentirse orgullosa.
    Comparto ese sentimiento de orgullo contigo, lo que escribimos ( más o menos largo, mejor o peor escrito, más o menos coherente) es nuestro, solo vivió en nuestra mente y de ahí lo parimos al mundo.
    Te he seguido en wattpad, donde tienes 100000 visualizaciones, y sin duda, leeré esta novela, me da por el título que es una historia fresca y sorprendente.
    Mucha suerte con ella, Agatha, me tienes entre tus lectores 🙂

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  3. Para mí fue una sensación agradable. ¿Agradable?, no, de felicidad y emociones mezcladas. Acababa un camino cargado de paisajes, pruebas, problemas, magia, pasión y misterio. Pero además tuve pena. Los últimos capítulos tenían un especial sentido para mi y en concreto el último estaba cargado de emoción. Además mis personajes se alejaban, mejor dicho ya habían hecho su camino, ellos paraban en la historia o empezaban otras nuevas que yo aún desconozco. Quedaban en su mundo y yo volvía al mío. Ya no caminaba con ellos ni reía, ni sospechaba ni descubría los lugares que ellos descubrían.
    Escribir un libro es dejar una parte de ti en él. Te sientes feliz y realizado pero las despedidas, aunque sean a medias, siempre me dejan con el morro un poco torcido.
    🙂

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    1. ¡Cuánta razón! Una vez que se está terminando algo que, de alguna manera, ha llenado parte de ti y de tus emociones, el momento del adiós siempre es duro.
      Yo siempre espero pensar en «hasta luego» porque en tantas ocasiones me han sorprendido con segundas partes.
      Escribirlas como leerlas es precioso.
      Gracias por pasarte y comentar

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